Os traigo otro aperitivo, esta vez en vasito. Me encantan los vasitos, colocar una bandeja llena de ellos en una mesa y que la gente vaya cogiendo y degustándolos. Es un tipo de aperitivo que últimamente está muy de moda. Además, seguro que encaja muy bien esta crema ligera en una cena tan copiosa y abundante como la de Nochebuena o Nochevieja.

Llevo preparando recetas con calabaza muchos días ya que el padre de mi amiga Edurne me ha regalado una calabaza enorme. Cuando digo enorme no exagero: he hecho tres cremas de calabaza, dos tartas y un bizcocho. ¡Ah! Y aún queda un trozo. Además, me ha regalado otras dos más, de cabello de ángel. ¡Ya estoy pensando en nuevas recetas!
Cuando me plantee hacer esta semana me venían aperitivos muy complicados y con muchos ingredientes, pero seguí pensando y conseguí varios mucho más sencillos. Quería romper con la pesadez de estas comidas y pensé que una crema de calabaza ligera seguro que encaja perfectamente. Lo mejor es la presentación, sin duda. Presentarla en vasitos, de forma individualizada la hace más especial.


Además, el toque crujiente y sabroso que le dan los picatostes y el queso parmesano (no os cortéis, sed generosos con estos añadidos, vuestros comensales os lo agradecerán) le dan el último toque a este plato, consiguiendo que sea un plato mucho más redondo. Me encantan los picatostes y el queso y os aseguro que encajan perfectamente con la crema de calabaza.

Yo la he acompañado de unas cucharitas, pero puede beberse tranquilamente.

Ya tenemos el segundo aperitivo de esta semana. Mañana os traigo uno nuevo, con un formato diferente. Esta vez tiene un toque más oriental. No os pongáis nerviosos, ¡mañana sabréis de qué se trata! Espero que os haya gustado el de hoy.

¡Seguimos rellenando el menú de aperitivos!