Los cheesecakes son mi perdición, os lo he dicho mil veces, y este cheesecake con fresas y frutos rojos la verdad es que cumple todas las expectativas. Es una receta muy sencilla y rápida que podéis preparar el día anterior a una comida o cena y con la que sorprenderéis a todos vuestros invitados, no solo por lo buena que está, sino por lo bonita y aparente que queda... ¡ No os la perdáis!

El punto decorativo que le dan las fresas es un puntazo. Es la terminación perfecta para una tarta de apariencia más simple. Sigue la estructura de la tarta frasier, pero en modo cheesecake... ¿Qué más se puede pedir? Tiene una textura muy cremosa, que se acerca a la de una mousse de queso, casi. Esponjosa, delicada, veréis cómo se deshace casi sin morderla. Es una cheesecake diferente a las de horno, que son más densas, aunque igual de deliciosas.

Y la coronamos con un poco de nata montada... ¡Y bien de frutos rojos! ¡Lo que me gustan unos buenos frutos rojos! Realmente podéis decorarla con las frutas que más os gusten.

Deliciosa Cheesecake con fresas y frutos rojos que encantará a todos vuestros comensales, amigos y familiares ¡No podéis dejar de hacerla en casa! ¡Os va a encantar!

CHEESECAKE DE FRESAS Y FRUTOS ROJOS Dificultad: Fácil Horneado: Sin horno Tiempo: 25 mins (aprox)  Temporada: Sin temporada Raciones: 12 personas Etiquetas: Cheesecake, postre, tarta INGREDIENTES Para la base 160 gr de galletas digestive 60 gr de mantequilla 400 gr de queso crema tipo Philadelphia 350 ml de nata para montar Una cucharadita de vanilla en pasta 60 ml de leche 8 hojas de gelatina neutra 80 gr de azúcar Fresas Para la cobertura Frutos rojos 300 ml de nata para montar (35% m.g.) 60 gr de azúcar blanco CÓMO SE HACE - Engrasamos bien un molde de unos 20cm de diámetro. Yo le he puesto una tira de pvc a lo largo de todo el diámetro, para que no se pegue la tarta al molde. - Picamos las galletas hasta conseguir trozos pequeños, que no polvo. - Derretimos la mantequilla y la añadimos a las galletas trituradas. Mezclamos bien y extendemos la mezcla por la base del molde.  - Cortamos las fresas por la mitad y las vamos disponiendo a lo largo de todo el diámetro del molde, con la parte cortada hacia afuera. Metemos el molde en la nevera - Llenamos un cuenco con agua fría y añadimos las hojas de gelatina. Dejamos en remojo durante 5 minutos. - En un cazo calentamos la leche hasta que hierva. En el momento que hierva, retiramos del fuego y añadimos las hojas de gelatina. Revolvemos bien para que se disuelvan. - Montamos la nata, hasta que esté semimontada. No hace falta montarla del todo. - En un bol mezclamos bien el queso con el azúcar y la vainilla, hasta que esté todo bien unido. Añadiremos entonces la leche con la gelatina deshecha y revolveremos hasta conseguir una crema homogénea. - Añadimos entonces la nata y revolvemos bien haciendo movimientos envolventes hasta que esté bien mezclado. Reservamos. - Añadimos el relleno al molde, con cuidado de que las fresas no se salgan de su lugar. - Metemos en la nevera y dejamos enfriar por lo menos ocho horas. Yo las suelo hacer la noche anterior y las dejo toda la noche. - Pasado ese tiempo, montamos la nata. La batimos bien y cuando empiece a montarse ligeramente vamos añadiendo el azúcar en forma de lluvia. Montamos hasta que se formen picos. - Cubrimos la parte de arriba de la tarta con la nata. - Decoramos con frutos rojos. - Servimos en frío. ¡A disfrutar! TRUCOS Y CONSEJOS Lo mejor es montar la nata en el ultimo momento. La tarta es mejor que la guardéis en la nevera, con frío. Os recomiendo que uséis una tira de pvc porque al no ser una tarta al horno, es más fácil que el relleno se pueda pegar al molde. Con esta tira conseguimos que no se pegue al molde y a la tira tampoco, consiguiendo un acabado perfecto.