Es verdad que el Pad Thai tradicional es uno de mis platos asiáticos favoritos y que había hecho en muy pocas ocasiones. ¡Ya era hora de hacerlo en condiciones y traer la receta al blog para compartirla con todos vosotros! Porque un plato como este tiene que compartirse, ¿no os parece? ¡Apuntad, apuntad!

En mi barrio hay una tienda que me tiene enamorado. Una tienda llena de productos de muchos países. Productos que no he usado en mi vida, ni los he visto ni sé para qué sirven. Pero me encanta pasearme y descubrir. Y hace poco vi la salsa de pescado y el tamarindo y se me encendió la bombilla. ¿Por qué no hago Pad Thai tradicional? Es un plato que me encanta y que hace mucho que no hacía.

Yo he optado por hacerlo con dos proteínas: gambones y pollo. Podéis hacerlo sin ellas o con más (tofú, ternera, cerdo...). Lo que más os guste. Yo soy un loco de los gambones y similares y creo que le van bien a casi todo (jejeje), así que no podía resistirme. Y el pollo es un ingrediente que siempre tengo en casa, así que me lancé con ambas. ¿No os parece?

Además, me sirvió de excusa para estrenar mis cuencos de cerámica que son preciosos; y las cajitas de comida para llevar que compré en EEUU en una tienda maravillosa. Estas cajitas no las encuentro tan fácilmente en España y me encantan para las fotos y para llevar comida a casa de amigos. ¡Qué daño han hecho las películas en nuestro imaginario! ¡Qué daño! ¡Pero estoy enamorado de las cajitas de mi Pad Thai!