Polvorón blanco, el clásico, el de toda la vida
enero 01, 2016
Nueva receta de polvorones, esta vez los blancos, los clásicos, los de toda la vida. Una receta que no puede faltar en nuestras mesas estos días de Navidad. Uno de mis dulces navideños favoritos, sin duda. Es una receta sencilla y que todos podemos hacer en casa porque no requiere ningún instrumento especial: con nuestras manos nos vale y nos sobra. ¡No os la perdáis!
Antes de nada... ¡FELIZ AÑO! Me apetecía "regalar" una nueva receta el día de hoy. Una de mis recetas favoritas para dar la bienvenida a este nuevo año en el que espero que nos vaya tan bien o mejor que el año pasado. Estoy convencido de que este año va a ser bueno... Llamadme "raro", pero es una corazonada...
En el blog ya tengo otras recetas: de cacao y canela y de limón. Dos recetas imprescindibles a la que ahora sumo esta. Todas las navidades tengo la necesidad de hacer polvorones y esta vez no iba a ser diferente. Por eso me apetecía compartir esta nueva versión de este dulce tan español y tradicional de estas fechas. Me gusta mucho al textura que he conseguido que en oras ocasiones no lo había hecho. Creo que el truco está en amasar, sin prisa pero sin pausa, hasta conseguir una buena masa mantecosa. ¡Apuntadlo!
Y os voy dejando con la receta para que podáis disfrutarla vosotros en casa. Si la hacéis, no dudéis en enviarme fotos, comentarios... ¡Me encantará oírlos! Os deseo una gran entrada de año a todos y ojalá nos llenemos de propuestas dulces (y saladas) en este nuevo año que está entrando. ¡Qué ganas de ver qué nos depara este 2016! Pero sobre todo... ¡Qué ganas de vivir todo lo nuevo y bueno que nos va a traer! ¡Espero poder disfrutarlo con vosotros!
- Comenzamos el día anterior poniendo en la bandeja del horno la harina junto con la almendra molida. Vamos a tostar la harina. Se puede comprar tostada, pero es más divertido hacerla nosotros. Al tostarla pierde peso, por eso os he puesto la cantidad reducida si utilizáis ya tostada.
- La metemos al horno precalentado a 150ºC durante 30 minutos. Cada diez minutos (o incluso menos) con una cuchara removemos para que se tueste toda la harina y almendra.
- Dejamos enfriar durante toda la noche.
- En un bol amplio colocamos la harina y la almendra como si fuese un volcán y echamos la manteca de cerdo, el azúcar glacé y la canela. Amasamos con las manos hasta que veamos que se va mantecado, que se ha deshecho ligeramente la manteca con las manos. Amasamos hasta que podamos formar una bola.
- Envolvemos la bola en papel film y la metemos en la nevera durante una hora.
- Pasado ese tiempo la sacamos y le quitamos el papel film. La aplastamos con la mano ya que con el rodillo es mas difícil. Vamos aplastándola hasta que se quede de un centímetro más o menos. Los bordes se irán abriendo y resquebrajando ligeramente, es normal.
- Con un cortador vamos cortando polvorones y los colocamos sobre una bandeja de horno cubierta con papel de horno. Yo he usado un cortador circular.
- Utilizamos los restos formando una bola y empezando de nuevo, hasta que no quede masa.
- Metemos las bandejas en el frigorífico y dejamos reposar 20 minutos. Las metemos para que cuando los horneemos no pierdan la forma.
- Precalentamos el horno a 180ªC.
- Metemos la bandeja a altura media y horneamos durante 12 minutos, vigilando que no se nos quemen. Se deben tostar los bordes ligeramente.
- Dejamos enfriar antes de envolverlos con papel de seda.
¡A disfrutar!
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