Pastel vasco heredado, una receta familiar que me han enviado
octubre 21, 2013
Creo que no hay nada que me haga más ilusión que recibir una receta de alguno de mis seguidores. Silvia Jiménez me ha vuelto a mandar una receta maravillosa: pastel vasco. No es la receta tradicional que todos probamos en las ferias del pueblo. No. Es una receta mucho más especial, heredada de su padre. Espero haberla tratado con todo el cariño que se merece.
Cuando abro el facebook y veo que me mandáis una receta se me abren los ojos y empiezo a "devorar" las letras que me escribís y la repaso una y otra vez para poder hacerla y darla a conocer. Silvia me ha vuelto a enviar una receta. Esta vez una muy especial, una que ha heredado de su padre y que le trae muy buenos recuerdos: este pastel vasco.
No es el pastel vasco tradicional hecho con una masa similar a la masa quebrada y rellena de crema pastelera. No. Es mucho más sencilla pero el resultado es igual de delicioso.
La textura se asemeja a la de la quesada, pero el sabor es muy diferente, más cerca del pastel vasco tradicional. Después de ver el resultado, me he permitido la licencia (espero que Silvia no me mate) de añadirle un poco de azúcar glacé y de canela, algo que le encaja perfectamente y le da el toque definitivo a este pastel.
Esta ha sido la receta que habéis elegido en Facebook, pronto publicaré los cronuts y los macarons de limón, tranquilos, no los tengo en el olvido. Antes de dejaros con la receta, quiero volver a agradecer a Silvia su confianza por haberme enviado la receta familiar y os animo a todos a que me enviéis recetas. Las hago todas con muchísima ilusión, sobre todo si se trata de una receta tradicional o familiar. ¡Gracias a todos! Os dejo la receta, que es muy fácil y queda perfecta.
- Precalentamos el horno a 200ºC. - Untamos bien un molde de bizcocho desmontable con mantequilla. Recomiendo que pongáis cinta alrededor del molde para que no se escape la masa: es muy líquida. - En un bol mezclamos bien la mantequilla con el azúcar hasta que esté muy bien integrada. - Añadimos los huevos uno a uno y batimos para que se forme una masa homogénea. - Tamizamos la harina y vamos incorporándola a la mezcla, batiendo con cuidado. - Añadimos la leche, poco a poco, mientras batimos y la vamos integrando. - Echamos la masa en el molde y horneamos durante una hora o hasta que metamos un palillo y salga limpio. Puede que parezca un flan cuando la saquéis, no os preocupéis. - Dejamos en el molde hasta que se enfríe por completo, no la desmoldéis antes. La tarta coge cuerpo conforme se va enfriando. - Desmoldamos y espolvoreamos con azúcar glacé y canela al gusto. - Servimos en frío.
¡A disfrutar!
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