La primera parada fue: Alma's Cupcakes. Una pena que no estuviese Alma, pero estaban Gemma y Ariadna, que son encantadoras. Ahí no pude resistirme y compré bastantes cosas para poder poner en práctica algunas técnicas nuevas, conocimientos... Además, me hice con un molde cuadrado con el que poder hacer las tartas que me habían encargado para esa semana. Sí, tartaS, en plural, ya que me mandaron hasta seis tartas iguales. Más abajo os comento.

Alma's Cupcakes

Calle Montesa, 13

Madrid

La siguiente parada fue Acaramelada, una pequeña tienda en el centro de Madrid. Les había hecho un pequeño pedido: que me imprimiesen unas cosas en papel comestible para alguno de los proyectos. Acabé picando alguna cosa, era todo tan bonito... Además, todas las empleadas fueron encantadoras, majísimas... ¡Qué lujo! Incluso me dieron algún consejo para algunos de los proyectos que tenía en mente. Fui justo después de desayunar, pero tengo que admitir que los cupcakes y el olor que desprendía el obrador era... ¡Mmmmmmmmmh! ¡Perfecto para tomarte un cupcake en una tienda con una decoración muy cuidada en el pleno centro de Madrid!

Acaramelada

Calle Santa Clara, 6

Madrid

Mi tercer destino fue Comercial Minguez. Es una tienda casi oculta en una paralela a Fuencarral en la que puedes encontrar de todo. ¿Lo mejor? Los precios. Seguro que encuentras cosas a un precio que no encontrarás en otra tienda. Es más barato y además todos los empleados son muy simpáticos y están al deseo de atenderte y explicarte todo lo que necesites.

Tienen un escaparate super bonito, me encanta la tarta blanca y rosa, perfecta para un bautizo o nacimiento. Me encantan, en general, casi todos los escaparates de este tipo de tiendas. ¿Por qué? Porque tienen unas creaciones super chulas. Tomo nota.

Comercial Minguez

Calle de Valverde, 28

Madrid

Y mi última parada fue: La Tienda Americana. Aunque las dependientas no son lo más agradable del mundo, la tienda es impresionante. Es muy amplia y tiene absolutamente de todo. Como en todas las anteriores, acabé picando de algo de la tienda. No recuerdo bien pero sé que algunas cápsulas y unos transfers me acabé comprando. ¡Ya los veréis en futuras entradas!

La tarta del escaparate era impresionante, aunque las velas estaban un poco torcidas. Pero las demás tartas eran super bonitas también.

La Tienda Americana

Calle Martín de los Heros, 63

Madrid

Y esas fueron todas mis visitas. Teniendo en cuenta que sólo pude ir el viernes, creo que puedo decir que me cundió el día. 

Vamos ahora con mi semana. He estado toda la semana en la II Semana del Emprendimiento que se ha celebrado en Civican. He impartido cursos de cupcakes dentro del taller dedicado a la innovación por los que han pasado casi 300 alumnos. Se trataba de un taller dedicado a los alumnos de Formación Profesional en el que tenían que crear su cupcake, ponerle un precio y nombre y después venderlo en el mercado. Creo que ha sido una dinámica muy divertida en la que espero que hayan aprendido algo. Yo me llevo una gran experiencia, grandes nombres para cupcakes y un aprendizaje a muchos niveles.

Además de los talleres, me encargaron hasta seis tartas con la forma de la entrada del edificio de civican. No pude sacarles fotos buenas ni acabadas del todo porque la luz no me lo permitió. Esta que veis arriba fue una improvisada que saqué el último día con el móvil para poder enseñarla aunque sea. Fue un gran reto. Las tenía que hacer de un día para otro, teniendo en cuenta que durante toda la mañana tenía talleres (e incluso alguna tarde) y hubo días que tuve que entregar dos. Menos mal que el viernes al final "me dieron día libre", si no, hubiese hecho siete.

Pero meterme a la cama a las 00.00h o a las 01.00h para levantarme a las 07.00h no parecía que no era suficiente. Me metí en un nuevo proyecto. El miércoles entregué este regalo a Tubalpín, una empresa de pintura de Tafalla, de la familia de mi novia, que cumplían 25 años. Llevaba varios días (por no decir semanas) pensando en esta tarta y no quería pasar sin hacerla. Vale que me tocó en la peor semana, pero tenía que hacerlo. ¡Lo necesitaba! Quería cambiar de aires por unas horas... Y salió esta tarta-bote de pintura. Vale que no está perfecta, pero les encantó y yo estoy bastante contento con el resultado (sobre todo teniendo en cuenta la situación en la que estaba). Me gusta cómo me ha quedado la lata envejecida o cómo coloqué el logo (papel comestible, imprimido en Acaramelada).

Esto es todo. Hoy he entregado otra tarta más que os pondré en otra entrada para aprovechar una de las características especiales que tiene... Solo teneis que esperar un rato (largo), que prometo publicarla hoy después de estudiar un rato. Sí, comienzo los exámenes finales. Mañana: Inglés. ¡Aaaaaaains!