En Navidad hay muchas tardes en las que nos apetece quedarnos en casa, viendo una película y disfrutando de una bebida caliente, como un delicioso chocolate caliente, ¿no os pasa? Por eso os traigo esta deliciosa receta, con la que conseguiréis un fantástico chocolate sin necesidad de hacer grandes cantidades ni tener que recurrir a recetas industriales. ¡No os lo perdáis!

El chocolate caliente es una de las bebidas más reconfortantes que existen. Yo le tengo mucho cariño porque en el colegio teníamos una "chocolatada" una vez al año, al final del primer trimestre, el día que venía el Olentzero (el Papá Noel de Navarra y el País Vasco). Significaba que llegaban las vacaciones y por eso tengo grandes recuerdos unidos a él. ¡Qué tiempos!

No es un chocolate caliente al uso, el que aquí os presento. No puede decirse que sea tan espeso como el que estamos acostumbrados, porque al final no son los mismos ingredientes y es más rápido de hacer, pero es un buen sustituto. La parte original de esta receta es que se presenta en cubos individuales que podemos hacer de una vez e ir consumiendo a lo largo de varias tardes... ¡Os va a encantar!

Además, os presento una serie de variantes con diferentes sabores para darle un toque original: menta, coco, avellana... Este chocolate caliente individual puede convertirse en un regalo fantástico estas Navidades, con los que sorprender a vuestros seres queridos.

Espero que lo probéis en casa y os guste. Yo ya lo he hecho varias veces, llevaba tiempo con ganas de compartirlo y creo que Navidad es la época perfecta, aunque podéis hacerlo durante todo el invierno, que siempre apetece un buen chocolate caliente, ¿no os parece?