¡Viva San Fermín! Galletas vidriera de San Fermín

julio 09, 2014

¡Ya estoy de vuelta! Después de una semana en Alemania aquí estoy de nuevo, dando la "murga". Y como no podía ser de otra manera, os traigo la receta y técnica de las galletas de San Fermín con las que he ganado el concurso de Endulze. Aprovecho además para agradecer a todos los que me votasteis y me aguantasteis... ¡GRACIAS! (¡Prometo foto con la Kitchen Aid en breve!)


Cuando se presentó el concurso me empezaron a venir miles de ideas a la cabeza. Al principio pensé en apuntarme a la categoría de tartas, pero, viendo las que se presentaron el año pasado, pensé que lo iba a tener más difícil. ¡La gente aquí tiene mucho nivel con el fondant!

Así que me quedaba la categoría de galletas. A mí me encanta hacerlas, me relaja mucho, pero temí que buscar un diseño que llamase la atención, que fuese novedoso y que resumiera muchos de los puntos de las fiestas.


En seguida me vino a la mente esta técnica que utilizó Rocío con sus galletas vidriera. Es una técnica que no había usado nunca pero sabía que si conseguía que me saliesen medio decentes podría tener oportunidades. El premio era una Kitchen Aid. ¡Tenía que luchar por ella! Llevo tiempo detrás de ella y la semana pasada, justo, se me estropeo mi máquina (¡ya está arreglada!)


Me puse a pensar entonces en qué dibujos iba a plasmar en las galletas y me puse a dibujar. Creo que había dos elementos que tenían que aparecer sí o sí. San Fermín era uno de ellos. Fue el más difícil. Reconozco que me gusta dibujar y no se me da mal del todo, pero el cuerpo humano, en especial las caras y las manos, es algo que se me resiste. Era el dibujo que más miedo me daba y, bueno, digamos que aunque no estoy convencido del todo con el resultado, salió mejor de lo que esperaba


Y el encierro era obvio que tenía que meterlo, era el otro elemento imprescindible. Aparece por partida doble: con los mozos corriendo y con los periódicos mientras se canta a San Fermín. A mí es una de las escenas que más me gustan y quería que apareciese en mis galletas. Además, incluí a Caravinagre, el cabezudo o "kiliki", como le llamamos aquí, más conocido de Pamplona. Unas alpargatas, que simbolizan los bailes regionales típicos; y el pañuelo en alto del día del "Pobre de mí" (último día), fueron los dos últimos elementos que elegí. Seguro que me dejo mil cosas, pero no podía hacer tantas galletas: ya se sorprendieron cuando vieron seis...


Y tras la votación, con la que fui un poco pesado, lo sé, conseguí alzarme con la preciada KA (Kitchen Aid, vaya). Sigo sin poder creérmelo. Llevo tanto tiempo detrás de ella que no me hago a la idea de que ya la tengo en casa, lista para usarla. Prometo foto dentro de poco, junto a una pequeña crónica de mi viaje a Alemania a ver a mi hermano... ¡Para la próxima entrada, prometido! Ahora, os dejo con la receta y la explicación de cómo se hacen estas galletas. ¡A ver si os animáis a probar en casa!



Galletas de San Fermín

Dificultad: Media
Tiempo horneado: 12-15 mins (aprox)
Raciones: 10
Etiqueta: Galletas, Aperitivo
Inspiradas: Little Wonderland



          Para la masa
          250 gr de mantequilla en pomada
          200 gr de azúcar blanco
          Un huevo y una yema
          500 gr de harina
          Una cucharaditas de vainilla en pasta

          Para la glasa
          400 gr de azúcar glacé
          Dos claras de huevo
          Colorante en pasta negro

          Para decorar
          Varios colorantes en polvo
          Rotulador comestible marrón
          Colorante negro en pasta
          Un chorrito de alcohol alimentario (vodka)

- Comenzamos con la masa de galletas: mezclamos bien la mantequilla con el azúcar glacé tamizado. Batimos bien hasta conseguir una crema homogénea. No estamos haciendo un buttercream por lo que no debemos mezclar hasta que blanquee, lo justo para que se integren bien ambos ingredientes. No queremos que entre mucho aire en la masa.

- Añadimos el huevo y la yema y batimos bien hasta que se hayan integrado.

- Añadimos el extracto de vainilla.

- Tamizamos la mitad de la harina con la sal y lo añadimos a la mezcla. Yo lo he mezclado a mano, con una espátula, pero podemos seguir con la batidora.

- Cuando se haya integrado la harina incorporada, añadimos el resto de harina tamizada y seguimos mezclando, hasta conseguir una masa que no se pegue en el bol. Hay un momento en el que podemos mezclar con la mano sin problema, para los que, como yo, aman amasar con las manos (siempre bien limpias, ¡claro!).

- Enharinamos ligeramente la superficie de trabajo y amasamos la mezcla hasta que podamos formar una bola que no se quede pegada a la superficie ni a las manos.

- Preparamos una bandeja de horno cubierta con papel de horno para ir colocando las galletas. Deberemos dejar dos centímetros de separación entre unas y otras, más o menos, por si acaso se expanden ligeramente durante el horneado.

- Estiramos la masa con un rodillo de anillas con el que podemos ajustar el grosor que queremos de nuestras galletas. Yo las he hecho de 8mm. Con este tipo de rodillos conseguimos que todas nuestras galletas tengan el mismo grosor, sin que haya pequeñas montañas en ellas. Cortamos con un cortados circular.

- Vamos colocando las galletas en la bandeja. Metemos en la nevera durante dos horas. Las galletas, al entrar frías en el horno, no pierden la forma.

- Precalentamos el horno a 180ºC.

- Sacamos las galletas y horneamos durante 12-15 minutos más o menos. Cuando las saquemos del horno, si tienen alguna imperfección o bulto podemos pasarles el rodillo por encima para aplanarlas.

- Las traspasamos a una rejilla para que se enfríen por completo. Cuando estén frias podremos decorarlas.

- Ahora comenzamos con la glasa. En la batidora, con la herramienta de varillas, mezclamos bien dos claras de huevo con 400 gr de azúcar glacé, hasta conseguir una glasa firme, uniforme y brillante. Tardará varios minutos.

- Dividiremos la glasa en dos. Uno de los cuencos lo guardaremos bien cubriéndolo con papel film para que no entre aire y se seque. La otra mitad la teñimos de gris oscuro. Yo he usado un colorante negro en pasta. 


- Delineamos las galletas con una manga pastelera y una boquilla del número 1. Dejamos que se seque bien. Guardamos bien la glasa sobrante, con ella haremos las líneas de la decoración.

- Mientras se seca la glasa, cogemos el cuenco de glasa blanca y añadimos unas gotas de agua. Queremos conseguir una glasa más líquida con la que rellenar las galletas. El punto perfecto lo conseguiremos cuando al cogerla con una cuchara y soltarla de nuevo en el cuenco, el dibujo desaparece en unos 5 segundos.

- Metemos la glasa en una manga pastelera y vamos rellenando las galletas intentando no salirnos de los bordes que hemos marcado.


- Explotamos las posibles burbujas con un palillo. Dejamos secar durante al menos un día. Tiene que estar bien firme para poder decorarla.

- ¡Toca decorar! Cuando ya estén bien secas podremos dibujar los dibujos que queramos. Yo he hecho unos propios con motivos de San Fermín. Con un rotulador comestible vamos dibujándolos con cuidado. Si os salís o queréis borrarlo podéis hacerlo con un poco de alcohol alimentario y un pincel.


- Ahora cubriremos las líneas de nuestros dibujos con glasa gris que tenemos guardada del día anterior. Utilizamos la boquilla número 1 de Wilton. Hay que ir despacio para no confundirse. Dejamos que se seque bien la glasa. Yo la he dejado unas 12 horas. Tiene que estar bien seca para poder pintar después.


- Delineamos además con una boquilla del número 2 el borde de nuestras galletas, para que nos quede un pelín más grueso que el resto de las líneas.

- Preparamos todos los materiales que necesitamos para pintar: alcohol alimentario (yo he usado vodka, tranquilos después se evapora y no influye en el sabor), una paleta para mezclar, colorantes en polvo, varios pinceles de diferentes grosores, un vaso de agua para poder limpiar los pinceles, un pedazo de papel de cocina para secar los pinceles y nuestras galletas.


- Para "crear" nuestras pinturas debemos mezclar un chorrito de alcohol con un poco de colorante en polvo. Cuanto más colorante echemos más intenso será nuestro color. Debemos diluirlo bien en el alcohol y ya lo tenemos listo. Vamos pintando nuetras galletas según los colores elegidos.

- Os recomiendo que primero pintéis todos los trozos que van del mismo color, para que no se os seque la mezcla. En caso de que se seque podéis añadir unas gotas más de vodka.


- Recordad que hay que lavar bien los pinceles antes de cambiar de colores y hay que secarlos.

- Si queremos que nuestros colores sean más intensos debemos darles una segunda o tercera capa de color, una vez que se haya secado la anterior. Hay que intentar jugar con las tonalidades para crear el efecto de vidriera.

- Acabamos añadiendo algunos detalles con un poco de colorante negro en pasta y un pincel muy fino. Yo, además, he añadido detalles dorados porque los dibujos me lo pedían.

- Dejamos secar bien y ¡ya tenemos nuestras galletas listas!


- Que no se os olvide pasar por Little Wonderland, donde Rocío tiene una fantástica explicación de esta técnica y muchas más.

- Os animo a probar con diferentes dibujos... ¡Qué vuele la imaginación!

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JALEO EN LA COCINA



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