Palmeras de canela

diciembre 01, 2012

¡Primera receta! ¡Qué ilusión! He elegido una receta fácil. Hay que empezar poco a poco, para que la gente no se aturuye, que si no es un "jaleo". Esta receta es facilísima, barata (un plus en los tiempos que estamos) y suele gustar a todo el mundo. ¡Ya me diréis qué tal!



Muchos han sido los que han insistido. Al final, he cedido. Comienzan mis andaduras culinarias en el mundo digital. Me he decidido a abrir el blog y sólo espero que lo disfrutéis tanto como yo.

Me encanta la repostería, eso lo dejo claro desde el principio, así que muchas de las recetas serán de postres, aunque intentaré hacer un poco de todo. Estas palmeras están muy bien para acompañar una buena taza de cafe (o cola-cao, que a mí el café en contadas ocasiones). El toque de canela le da un toque riquísimo (más aún si te gusta tanto como a mí).


A veces creo que peco de exceso con la canela, pero da gusto abrir el horno y que el ambiente se empape de ese olor tan agradable (eso sí, un exceso de canela puede llegar a ser empalagoso).


Después de regodearme en mis gustos y mi afición a la canela, os dejo la receta (¡Mi primera receta!).



INGREDIENTES

- Rollo de hojaldre (cuadrado, no redondo)
- Azúcar
- Canela

CÓMO SE HACE


- Extendemos la lámina de hojaldre. Yo la compro en el Lidl (recomendación de David G.). Es con la que mejor me han salido hasta ahora. Probé con la de La Cocinera y el resultado fue nefasto (unas quemadas y otras sin hacer). La de Lidl viene con su propia hoja de papel de horno que nos sirve más adelante, ¡no la tires!



- Echamos azúcar por encima y pasamos el rodillo suavemente por encima para que se adhiera a la masa. No hay que echar mucha cantidad, lo suficiente para cubrir la masa entera. A continuación echamos la canela. Yo suelo expanirla con la mano (previamente bien lavada, claro)


- Comienza el doble. Cogemos uno de los extremos de la masa con cuidado y lo llevamos hasta la mitad. Yo me sirvo del papel de horno para moverlo con más facilidad. Después, lo despegas con cuidado. Acto seguido, cogemos el otro extremo y lo llevamos hasta el mismo sitio. De esta manera parecerá una doble puerta, como en la fotografía.



- Repetimos el paso del azúcar y la canela.


- Volvemos a doblarlo de la misma manera. Quedará reducido a la mitad.



- Repetimos el paso del azúcar y la canela.



- Doblamos de nuevo hasta que nos quede un tubo.




- Lo enrollamos en el papel de horno y lo metemos en la nevera. Es mejor que se enfríe en la nevera para que luego el corte sea más sencillo. Como veis, en el tubo ya se distingue la forma de corazón.


- Después de una hora en la nevera, lo sacamos y precalentamos el horno a 200ºC.

- Desenrollamos y con un cuchillo ancho comenzamos a partir. Yo suelo quitar los dos extremos, quedan un poco feos. Cortamos el tubo en rodajas de 1cm más o menos. Conforme las vas cortando, las aplastas ligeramente con el cuchillo ancho. 


- Se suelen deformar un poco después de aplastarlas. No pasa nada. Les vuelves a dar forma antes de ponerlas en la bandeja de horno (cubierta con papel de horno, ¡importante!, que si no alguna se quedará pegada). Suelen salir unas veinte palmeritas. Es importante dejar espacio entra unas y otras, sobre todo a lo lados, ya que se agrandan bastante.


- Metemos la bandeja en el horno y mantenemos durante -15-20 minutos, hasta que veamos que estén doradas. Yo suelo sacarlas y darles la vuelta para que se doren un poco por la parte de abajo. Ya son gustos de cada uno. Cuanto más las tengas más crujientes saldrán (¡cuidado que no acaben como piedras!).

- Dejar enfriar y ¡a disfrutarlas!

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