Los nachos son sin duda uno de mis aperitivos favoritos... y si van acompañados de guacamole casero y pico de gallo ya ni te digo. Por eso yo suelo prepararme estos en casa, porque todo hecho en casa sabe mejor... ¿no? Llevaba tiempo con esta receta en la recámara y me he animado a publicarla porque creo que es una de esas recetas que se convierten en un must una vez que las haces por primera vez... ¡Solo querréis repetir!

El guacamole es una de las recetas típicas de Latinoamérica que más conocemos. Normalmente la asociamos con la gastronomía mexicana, pero se prepara y consume en más países del otro lados del charco. Su origen mitológico cuenta que la receta la entregó el dios Quetzalcoatl a su pueblo y que estos fueron los encargados de expandirlo por los demás territorios.

Es una receta tradicional que se hace a base de aguacate, limón, chile y tomate. Más adelante se incorporaron otros ingredientes como la cebolla, el ajo y el cilantro, muy típico de la gastronomía mexicana. Todo mezclado con la ayuda de un mortero (o en su defecto un tenedor, nunca una batidora) da lugar a esta salsa tan famosa que ya se conoce en todo el mundo.

Además, os traigo la receta de pico de gallo, un tipo de ensalada típica de México que se hace a partir de diferentes verduras y a veces frutas. Yo he preparado una a pase de tomate, pimiento verde y cebolla, muy básica. Normalmente se utilizan estas tres verduras para simular la bandera mexicana (aunque yo he usado cebolla morada porque me gusta más). Es perfecto como guarnición para acompañar nuestro guacamole, por ejemplo. Le dará un último toque fresco.